¿Qué es el cambio climático y cómo afecta a la región de Magallanes y la Antártica Chilena?
La Organización de Naciones Unidas, ONU, define el cambio climático como las modificaciones a largo plazo de las temperaturas y patrones climáticos que, si bien pueden ser naturales, hoy se deben principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, petróleo o gas, que producen el llamado efecto invernadero. Pero el cambio climático no solo es aumento de temperaturas. También provoca otros efectos globales como sequías intensas, escasez de agua, incendios graves o aumento en el nivel de los mares.
El cambio climático tiene efectos globales, por lo que ocurra en otras zonas geográficas también afecta directamente a nuestro país y a la región, generando alza de temperaturas, derretimiento de hielos y cambios en las características de la vegetación y los cuerpos de agua.
La comunidad científica ha determinado que los mayores cambios climáticos se están evidenciando en zonas de altas latitudes, como Magallanes y la Antártica Chilena. Por ello, nuestra región tiene la oportunidad de convertirse en un laboratorio natural que permita medir los diferentes efectos del cambio climático mundial para diseñar mecanismos de adaptación. También tiene responsabilidad en mitigar las causas del cambio climático, dado su potencial de desarrollo de energías que sustituyan los combustibles fósiles.
En Chile, existe un Atlas de Riego Climático (Arclim), elaborado y actualizado por el Ministerio de Medio Ambiente, que proyecta las amenazas climáticas al año 2060, de continuar esta tendencia de cambio climático. En él se pueden revisar los efectos en nuestra región. Si deseas conocer la información, puedes conocerlo en este link.
¿Qué es la transición energética?
Este es un concepto muy simple y significa la modificación de los modos de producción y consumo de energía con el objetivo de disminuir el uso de combustibles fósiles –y las emisiones de gases de efecto invernadero– y reemplazarlos por los llamados combustibles sostenibles.
Es importante notar que para que la transición tenga efecto, ella debe ser implementada a escala global y por una amplia variedad de industrias, de forma que efectivamente logre reemplazar combustibles contaminantes por aquellos sostenibles.
La industria energética, que genera mas del 75% de los Gases de Efecto Invernadero, tiene un rol clave en esta transición tanto en el desarrollo y distribución global de nuevos combustibles sostenibles, como en apoyar a industrias, sectores económicos y gobiernos a transitar hacia ellos, generando nuevas inversiones y modificando sus modelos productivos para hacerlos más sostenibles en el largo plazo.
¿Qué son los combustibles sostenibles?
Son aquellos combustibles que no están basados en combustibles fósiles, sino que se producen a partir de fuentes renovables. Este tipo de combustibles –especialmente en la medida que se utilicen a escala industrial y reemplacen combustibles fósiles– son una de las medidas más efectivas para disminuir el cambio climático.
Hidrógeno y amonio sostenible
El hidrógeno sostenible -también conocido como hidrógeno verde– se produce mediante la electrolisis, es decir la separación de las moléculas del agua utilizando energía eléctrica de fuentes renovables y no contaminantes (energías como la eólica, solar o hidráulica), por lo que ni su producción ni su utilización generan gases de efecto invernadero.
Gracias a ello, producir este tipo de combustible permite reemplazar otros que sean contaminantes y que se producen utilizando combustibles fósiles.
En tanto, el amonio verde es un derivado energético, que se fabrica haciendo reaccionar el hidrógeno verde o sostenible, con el nitrógeno que se encuentra en el aire.
El amonio es un producto cuyo transporte y manejo, es conocido y esta normado en gran parte del mundo; pudiendo ser utilizado reemplazando los fertilizantes que se fabrican utilizando combustibles fósiles y/o como un energético que no emite gases de efecto invernadero a la atmósfera.
